Tocar en el hospital de día del Hospital de Motril ha sido una de las experiencias más emocionantes que he vivido como guitarrista. Poder compartir mi música de una forma tan íntima, sintiendo a cada instante la profunda gratitud de los pacientes, ha sido muy especial. Esta mañana, la música ha conseguido crear un paréntesis de belleza y esperanza en un momento difícil en sus vidas, y esa es una de las misiones más bonitas y nobles de mi profesión.
